Categorías
La Vida

Un ángel de luz

Me parece increíble todo lo que está sucediendo en este 2011. El que pensé que iba a ser una año de abundantes cosas buenas está resultando complicado en asuntos emocionales. Para quienes me conocen o han leído lo que acá escribo, saben de mi gran amor por los animales y la muerte de mi boxer Togo fue un gran golpe para mí porque en él habían muchas cosas sorprendentes y porque más que una mascota, fue un amigo para mi.

Y un año antes, murieron dos grandes personas en mi vida: mi primo Ricardo y mi hermano por elección, Jorge Mario. Sucesivamente estas tragedias personales fueron afectándome mucho, por eso creí que este año sería diferente. Pero me equivoque. A principio de año murió mi tío, hermano de mi viejo. Poco después nos enteramos que un tío, hermano de mi madre, tiene cáncer. Después una perrita rescatada que adoptamos, resultó con hepatitis y casi estaba desahuciada. Afortunadamente la llevamos a tiempo con un gran amigo veterinario que le salvó la vida.

El viernes platicando con una amiga que quiero muchísimo, me cuenta de ciertos dolores que ha estado padeciendo y siento como si un balde de agua fría me cayera encima. Creo que notó mi descontrol y siendo como es (un ser bellísimo) sometió al orden mi falta de positivismo. Ella, un ser tan positivo que irradia una belleza que va más allá de lo físico (es hermosa por dentro y por fuera) me transmitió la tranquilidad que por un momento perdí.

Me quedé más tranquilo y llamé a mi amigo veterinario para hablar de unos exámenes que hay que hacerle a nuestra perrita y resulta que estaba internado por dolores de unas hernias. Confieso que me asuste, pero me tranquilizó saber que se sentía bien, salvo por unos dolores agudos. Le regañe porque es un adicto al trabajo, le dije que era tiempo de bajar revoluciones porque el cuerpo se resiente. Estuvimos hablando casi media hora y también me quedé tranquilo.

Y ayer sábado en la tarde me avisan que lo han pasado al intensivo y que está grave.

A veces siento como si mi mundo estuviera cayéndose a pedazos. Nuevamente me doy cuenta que la vida es frágil y que es importante ese consejo que tanto hemos leído en los mensajes que nos mandan al correo: nunca dejés de decirle a alguien lo importante que es tu vida.

Hoy necesito de un ángel de luz, un ángel que proteja y sane a estas tres personas que son importantes en mi vida. Mi impotencia se está convirtiendo en fe que ese ángel será quien los ayude en estos momentos tan duros y que irradiará su luz sobre ellos para aliviarlos, para curarlos, para darles otra oportunidad más en esta vida.

Los ángeles existen, lo se por experiencia. Vienen y desaparecen luego de ayudarnos. Solo quisiera saber que más tengo que hacer yo, además de pedirles por esas tres importantes personas. Creo que todos necesitamos de nn ángel de luz en nuestras vidas…

Imagen: http://angelsanchezt.blogspot.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

4 × 3 =

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.