Imaginar a un perro boxer cachorro haciendo amistad con un chihuahua de tres meses fue algo que nos asustaba al principio. No pasó mucho tiempo para que hicieran amistad pero los sobresaltos que llevamos mi esposa y yo al ver jugar a los dos amigos tan dispares, quedaron grabados en mi memoria.
En su físico quedaron señas de esos juegos bruscos y violentos, su oreja derecha siempre caía y solo la levantaba por breves momentos.
El Togo, un boxer de gran tamaño y un corazón enorme, agarraba al chihuahua por la cabeza y salía corriendo mientras el pobre Nachito agitaba sus patas en el aire. Muchas veces esos juegos enojaban al Nachito y se paraba a enfrentar al Togo y marcar un alto.
Esos juegos hicieron del Nachito un chihuhua corpulento y fuerte, un Schwarzenegger de la raza chihuhua.
Todos saben de la gran inteligencia de los perros pequeños, supongo que es una forma en que la naturaleza garantiza su supervivencia, el Nacho no era la excepción. Inteligente, manipulador cuando quería obtener algo, cariñoso pero muy terco, parecía un perro que consumía grandes cantidades de viagra, siempre esperando a la Dulcinea de sus sueños, fuera quien fuera.
Al morir el Togo, él quedó como el único perro macho de la casa, sin embargo hace algún tiempo mi hijo descubrió que tenía soplo en el corazón, una noticia que nos hacia pensar que su muerte iba a ser sorpresiva. Además de su problema cardíaco, tenía otro problema en su columna, algo congénito también y que viene a reforzar la idea que comprar perros a personas que se dedican a la crianza es un grave error.
Su problema se acentúo hace dos años cuando un perro que rescatamos se peleó con él tres veces y lo dejó lesionado. Aunque se le daba su medicina, me imagino que padecía algún tipo de dolor porque ya no caminaba bien. A veces habían algunas mejorías, pero casi siempre sus patitas traseras de le cruzaban y le impedían caminar correctamente.
Sus grandes amores eran mi hija y mi esposa, su gran enemigo en la noches era yo si acaso osaba entrar antes que él al dormitorio que compartía con nosotros. Ayer sábado empezó con algunos síntomas y mi hijo, estudiante de veterinaria, empezó a tratarlo. Hoy domingo 24 de noviembre amaneció bastante bien, por lo que pensamos que iba en franca mejoría.
Lejos estaba yo de imaginar que hoy en la tarde iba a tener una crisis. A pesar de los esfuerzos de mi hijo por salvarlo todo fue inútil, antes de dos horas ya había fallecido. Hoy vuelvo a sentir ese enorme vacío que deja un amigo que se va, porque él fue eso, un amigo. Nos dio su cariño toda su vida, sin interés, sin pedir nada a cambio.
Fue compañía de toda la familia y enemigo de los intrusos. Con su pequeño tamaño me ha dejado un tremendo vacío en el corazón a pesar de que no eramos tan afines. Hoy mi último nexo vivo en esta tierra con el Togo, el boxer que tanto quise, se ha ido.
Me ha dolido enormemente su partida, lloré por su muerte aún y cuando entiendo que todos tenemos un ciclo que cumplir y después de eso morir. Y no me avergüenza en lo más mínimo, decirlo. No se si al morir uno, tendrá la oportunidad de encontrar a los viejos amigos pero yo espero que si. Además de mis amigos humanos, espero poder encontrarme con los no humanos que a lo largo de mi vida he tenido y he querido tanto.
Gracias Nachito, fuiste para mi familia y para mi, un miembro más, un amigo que vamos a extrañar mucho. Nos diste amor desinteresado y nosotros tratamos de devolverte lo mismo: amor sin condiciones.
Si hay algo después de la muerte, estoy seguro que estarás mejor, sin dolores y sin preocupaciones, de verdad quiero creer que así será, que ya estás junto a tu amigo Togo. Hoy solo me queda estar agradecido con la vida porque nos cruzamos con vos y fuimos compañeros por 11 años.
Adiós Nachito, espero nos veremos algún día!