El Instituto de Previsión Social del Periodista (IPSP) de Guatemala, ha sido la salvación para muchos periodistas jubilados porque los ayuda con pensiones, medicina y consultas médicas entre otras cosas.
En Guatemala, como supongo en muchos otros países de Latinoamérica, la profesión del periodista ha sido y será peligrosa, mal remunerada y al final de sus años productivos llena de penurias y totalmente desamparados.
Esto suena muy común en nuestros países, a pocos les importa o interesa el bienestar de la gente de la tercera edad y los jubilados; muchos jóvenes demuestran una total falta de respeto por personas que han dejado su vida trabajando honradamente. Hace algunos años en Guatemala, el trabajo del periodista era no solo peligroso, sino que además, al final de su vida productiva, de total desamparo porque los medios de comunicación no daban jubilación a sus trabajadores periodísticos.