Tavi Gevinson: la nueva moda del mundo de la moda

Algo malo debe estar ocurriendo cuando una niña de 13 años se torna en una experta en moda.

Nunca he logrado entender el insípido y superfluo mundo de la moda donde pareciera que las mujeres más valoradas son las que solo tienen pellejo y huesos por la exigencia de los «grandes» diseñadores. En algún punto estamos mal.

Ver caer a una modelo en la pasarela y morir no ha causado ningún revuelo que cambie las cosas, simplemente su anorexia era un problema de ella y no del mundo de la moda. Yo de ingenuo creía que estar esbelto era cuestión de salud, no de moda.

Y ahora el hit del momento es esta niña que según algunos sitios de internet, dicen que hace comentarios muy listos y emite opiniones muy acertadas y que está «en contacto» con las tendencias de la moda.

Su sito en internet recibe más de un millón de visitas al mes. No se si Tavi Gevinson es genuina o simplemente la están utilizando sus padres para hacer dinero, pero la invitan a desfiles de moda y aparece en las portadas de revistas de moda, se ha transformado en figura mediática, claro, acompañada de su padre para cuidarla.

Resulta en realidad poco creíble que a esa edad pueda expresarse tan fluida y coherentemente. En un extracto de su blog dice:

«Durante este último año me he interesado más en la ropa y he desarrollado un claro entendimiento de la idea que la ropa puede ser un arte… Utilizar la ropa como un medio de autoexpresión va más allá de usar una camisa con un logo, la ropa tiene la habilidad de evocar todo un sentimiento, una atmósfera, una emoción o todo un mundo».

¡Me hace sentir que si compro la ropa de moda voy a lograr cambiar al mundo!

Tal vez yo esté loco, pero no amargado como me tildaron en un post, pero no logro entender como las mujeres con poco cerebro pretenden parecerse más a un travesti que una mujer, como una niña puede dictar cátedras de moda y emitir opiniones tan valoradas en ese mundillo de la moda y como se puede repetir tantas veces la misma historia y todos caen tan ingenuamente.

Como sea, me curo en salud. No me gusta el mundo de la moda, no me gustan las mujeres que parecen cadáveres, no me gusta la gente que tiene el cerebro en el culo y el culo en la cabeza, y aunque creo firmemente en la igualdad de sexos, todavía me levanto para cederle un asiento a una mujer, le abro la puerta del carro y le cedo el paso.