¿Alguno ha visto mi Estradivarius?

Los famosos violines construidos por el artesano Antonio Stradivari se conocen como Stradivarius y por su calidad sonora única, son muy valorados por sus propietarios.

Su valor en el mercado oscila entre unos miles de dólares hasta uno que fue vendido en un poco más de US$33 millones.

El valor que cada músico le da a su instrumento, muchas veces va más allá del valor material del instrumento, sea por cuestiones emotivas, de preferencias o por su antigüedad. Claro, un valor subjetivo para muchos, pero muy real para un músico profesional.

La razón de por que son caros los Stradivarius reside en que están muy finamente construidos con maderas de arce y abeto y sus acabados son únicos, pero principalmente por la gran calidad del sonido que producen al tocarlos. Muchas teorías fueron lanzadas de por que su sonido es tan excepcional, algunas de corte muy romántico y poético.

Por ejemplo, se decía que la madera que utilizó para construirlos, fue madera sacada de un tronco hundido en un río el cual «adquirió» la vibración del río. Otra dice que fue por el barniz usado e incluso una que asevera que fue porque la madera que uso Stradivari fue sacada de árboles que sufrieron de una época de mini-hielo que padeció Europa.

La verdadera razón es que Stradivari protegía sus instrumentos de la polilla y de los insectos con bórax durante una plaga ocurrida entre 1700 y 1720, años en los cuales fueron construidos estos violines. Así que el bórax usado como insecticida es el causante de los efectos de sonoridad de sus instrumentos.

Todo esto viene a que Min-Jin Kym, gran violinista coreana de 32 años, perdió su Stradivarius en Londres mientras escogía un sandwich antes de dirigirse a la estación Euston para abordar el metro. Nada más y nada menos que ha perdido un violin de un poco más de 300 años y valorado en 2 millones de dólares.

Dificilmente el violín podrá ser negociado por los ladrones, pero esto no es garantía que la violinista recupere su instrumento. Visto está que «en arcas abiertas, hasta el justo peca» y las cosas de valor no se deben dejar al descuido.