Cuando veo fotografías, por alguna razón prefiero las que son en blanco y negro. Quizá sea porque permiten el juego de luz y sombra y se logran crear imágenes realmente artísticas.
Además, me da un dejo de nostalgia, de tiempos pasados y me hace volar la imaginación sobre cosas tan triviales como pensar en un ritmo de vida mucho menos movido que el actual.