Mientras veía en Ecosofia.org el artículo El filósofo y el lobo, no puede más que recordar el poema del nicaragüense Rubén Darío, «Los Motivos del Lobo«, poema que conocí cuando era apenas un niño y que tanto me impresionó la primera vez.
En el artículo se comenta sobre el libro de Mark Rowlands, «El filósofo y el lobo«, escrito por este profesor universitario de filosofía y en el que narra su vida junto a un lobo que él crió y con el que convivió durante 11 años.
Cualquiera podría imaginarse que se trata de las vivencias que un humano tiene al vivir tan cerca de un lobo y de como el animal se va adaptando a la vida «civilizada» que se supone nosotros los seres humanos tenemos.
Sin embargo no es así. El filósofo y el lobo pone en perspectiva la visión de lo que la gente y la filosofía tienen de los animales y de la gente misma y propone un cambio de actitud: acercarnos un poco más al lado animal (el lobo) que todos los humanos tenemos y que hemos reprimido.
Los lobos pueden hablar. Y, lo que es más, nosotros podemos entenderlos. Lo que no pueden hacer es mentir, y por eso no tienen cabida en una sociedad civilizada. Un lobo no puede mentirnos, ni tampoco un perro. Por eso nos creemos mejores que ellos.
De allí que me haya recordado el poema de Rubén Darío y me haya provocado nuevamente esa inquietante pregunta que hace muchos me hago, si en verdad como afirmaba Thomas Hobbes, el hombre es malo por naturaleza. Por cierto, no se confundan, Los motivos del lobo no es un poema para niños, trae en su contenido una verdad de la condición humana que muchos se niegan a aceptar.
Les recomiendo mucho ver la reseña original en ecosofia, de verdad vale la pena leerla y además les dejo el video con el poema del gran Rubén Darío.
Imagen: filosofianews.blogspot.com