Fácil resulta juzgar a otros, fácil resulta criticar sin mayores elementos de juicio más que nuestros mismos prejuicios.
Cuando de animales se trata, es casi una regla que mucha gente se exprese en términos peyorativos contra quienes defienden los derechos de los animales.
Pero también es cierto que hay gente que excede sus capacidades físicas y económicas al momento de hacerse cargo de animales abandonados.