Ayer 7 de julio y en mis brazos, mi boxer Togo se fue. Me ha dejado un enorme vacío por dentro y creo que una parte de mí se fue con él. Apenas un minuto después que España anotara el gol de la victoria, él se fue.
En mis recuerdos quedarán todos esos momentos que compartimos con él, especialmente su mirada y sus ojos tan expresivos, la costumbre que tenía de salir al jardín a ver el atardecer y esa manía tan extraña de oler las plantas y las flores.
Siempre dije que él era un perro romántico porque le gustaba también salir a caminar bajo la lluvia o verla caer mientras se echaba en la entrada de la casa. Sus ojos eran de tranquilidad en cada uno de esos momentos.