Hace algunos años, en Argentina, se promovió una ley para prohibir la exhibición de animales en vitrinas para promover su venta. Uno de los principales objetivos de esa ponencia, era evitar la compra compulsiva de animales de compañía y de otros que a mi parecer, no tienen nada de animales de compañía, tal el caso de serpientes, arañas, lagartijas y similares que jamás van a ser domesticadas.
Y es que en realidad, esa compra «compulsiva» puede ser motivada por el deseo de sacar de sus prisiones (jaulas) a los cachorros que muchas veces, pasan no días, sino semanas encerrados y padeciendo un trato cruel e inhumano, como si fuesen culpables de algún delito.
Pensar que en Guatemala una ley así prodría aplicarse… imposible. He visto como en las tiendas de más «prestigio» en nuestro país, están encerrados pajaros, gatos, perros y hamsters en unas condiciones deplorables que además de provocar indignación, da vergüenza. Sería interesante darle seguimiento por lo menos a una de esas tiendas durante un mes para corroborar cuantos son vendidos y cuantos mueren en el proceso de «venta» debido a las paupérrimas condiciones en que los tienen.