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Errores que duelen

En la vida uno se arrepiente de muchas cosas, pero debe ser un golpe tremendo al orgullo hacerse un tatuaje con errores gramaticales, sin saber si lo tatuado es lo correcto  o simplemente se termina con un tatuaje espantoso digno de Stephen King.

Y eso puede ocurrir por buscar lo más barato, por no tomarse el tiempo para ver las pruebas detenidamente, por no investigar si el que lo hace es bueno o no, o simplemente por tener los ojos en donde se sientan, en lugar de tenerlos conectados con el cerebro. Y después viene el arrepentimiento. Y es que buscando un tema que me interesaba, me topé con estos errores en tatuajes que para nosotros pueden ser muy divertidos y provocar carcajadas, pero para quien lo porta se vuelve un dolor de cabeza (y de hígado también).

Errores que duelen por usar idiomas exóticos (sin tan siquiera entenderlos) Siempre me he preguntado si en realidad la gente tatuada con letras chinas o japonesas saben en realidad que dicen esos graciosos símbolos. Parece ser que es de pensarse muy en serio la asesoría de algún traductor antes de tomar la decisión final de tatuarse algún nombre. Veamos. [seguir leyendo]

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IPSP – salvación para periodistas jubilados en Guatemala

El Instituto de Previsión Social del Periodista (IPSP) de Guatemala, ha sido la salvación para muchos periodistas jubilados porque los ayuda con pensiones, medicina y consultas médicas entre otras cosas.

En Guatemala, como supongo en muchos otros países de Latinoamérica, la profesión del periodista ha sido y será peligrosa, mal remunerada y al final de sus años productivos llena de penurias y totalmente desamparados.

Esto suena muy común en nuestros países, a pocos les importa o interesa el bienestar de la gente de la tercera edad y los jubilados; muchos jóvenes demuestran una total falta de respeto por personas que han dejado su vida trabajando honradamente. Hace algunos años en Guatemala, el trabajo del periodista era no solo peligroso, sino que además, al final de su vida productiva, de total desamparo porque los medios de comunicación no daban jubilación a sus trabajadores periodísticos.

Y es que Guatemala es el paraíso para atropellos y desmadres de muchas personas y de empresas debido entre otras cosas, a la falta de educación formal, a la represión durante los gobiernos militares que nos acondicionaron a aceptar cualquier tipo de acto reñido con la ley y la moral sin poder decir nada. Y lo más patético es que como nación nos volvimos una mierda y no sabemos ayudarnos unos a otros. No sabemos lo que es solidaridad y solo nos importa nuestro propio beneficio olvidando que somos NOSOTROS, los que tenemos la obligación de hacer los cambios.

Por un momento, tratemos de visualizarnos con más de 65 años de edad. Ya no se consigue un trabajo porque las empresas requieren personal de no más de 35 años (por supuesto, para pagarles menos que a una persona con experiencia y madurez), la mayoría de empleados públicos y privados nos tratan como basura inútil o como estorbo. La gran mayoría olvida que algún día llegarán a viejos… y los periodistas no han sido la excepción a esta regla.

¿Qué es el IPSP?

En los años 90, un grupo de periodistas decidió que esto tenía que cambiar. Fueron muchos los problemas y muchas las horas de desvelo y trabajo. Finalmente el congreso aprobó la ley que permitiría a los periodistas tener una pensión para su vejez, además de servicios básicos como medicina y consulta médica. Con los años, el IPSP ha ido creciendo en la calidad de sus prestaciones, y desgraciadamente, también la carroña se ha acercado para tratar de sacar provecho particular de algo tan noble como esta institución.

El IPSP (Instituto de Previsión Social del Periodista) es un ente creado en Guatemala para atender las necesidades de los periodistas jubilados que antes no tenían «derecho» a pensiones.

Hay cosas en la vida que motivan mucho, hacer algo bueno para mejorar la calidad de vida de gente que lo necesita es una de ellas, dar algo bueno a cambio de lo que la vida te da de bueno es tremendamente gratificante (al menos lo es para la gente auténtica y que respeta la vida). Pero como la vida es caprichosa y el ser humano es, la mayoría de veces mal agradecido, a varios de los fundadores les ha generado una serie de envidias, de rencores y odios patéticamente enfermizos.

Son muy pocas gentes las que se atreven a iniciar un proyecto tan grande, desde cero. Pero son muchos los aprovechados que se arriman cuando todo ha dejado de ser un proyecto y se vuelve una realidad fuerte, sólida, con empuje y con DINERO. Y si como sociedad somos indolentes a los atropellos, acá no es diferente. Una vez nos den nuestros CENTAVOS, no nos importa que dos o tres corruptos con complejos napoleónicos se llenen las manos con MILES.

No creo que eso sea justo ni ético. Lamentablemente esa misma gente que recibe su «dinerito» y se queda callada, protesta en voz baja y se queja esperando que alguien más de la cara por ellos para solucionar ese problema.

Por ello quiero dejar este espacio en manos de esos notables seres humanos que luchan por salvar una institución que lleva ayuda a quienes antes no tenían nada (absolutamente nada…), y que nos relaten la historia completa y auténtica de como se originó, como se desarrolló y como a evolucionado el Instituto de Previsión Social del Periodista (IPSP).

Y es que al paso en que va dirigida esa noble institución, no sería extraño que ahora otros que no hicieron nada, aparezcan como los «padres de la criatura».