Conforme se acerca la navidad no es extraño ver en los centros comerciales hombres disfrazados como Santa Claus cargando niños para las fotos del recuerdo.
Y pasa que normalmente los niños lloran cuando el susodicho individuo los carga. No se cual es la necedad de los padres de poner a las criaturas en semejantes trances, más cuando los Santa Claus son verdaderos monumentos al horror.
Navegando me encontré con una colección de fotografías de Santa Clauses (o Santa Closes… no estoy seguro como se escribe), en la página de Mental Floss que parecen estar sacados de alguna película de terror.