En pleno siglo 21 es poco lo que la gente suele conocer sobre el deseo sexual femenino. Los especialistas saben que la libido femenina cambia a lo largo del ciclo menstrual, así como otros aspectos de la vida femenina tales como los niveles de energía o las emociones.
La norma es que el deseo sexual femenino llegue a su pico en el medio del ciclo menstrual, y nuevamente en el ciclo premenstrual (antes del sangrado).
Ambos tipos de experiencia sexual son diferentes y están muy vinculados con las hormonas. En la mitad del ciclo menstrual, las hormonas responsables del deseo femenino son la testosterona y el estrógeno.
Usualmente la testosterona se asocia a la agresividad masculina y la lujuria, y también son producidas por las mujeres, pero en un nivel mucho menor. Si bien tienen un décimo de lo que tienen los hombres, juega un papel importante en muchos de los aspectos de la psicología y la calidad de vida de la mujer, incluyendo la libido y la satisfacción sexual.
La importancia de la testosterona es porque activa los circuitos sexuales en el cerebro. El estrógeno ayuda a aumentar sentidos como la visión y el olfato. Estas dos hormonas, al parecer, se combinan en el pico de la mitad de ciclo con un buen efecto. El estrógeno ayuda a la mujer a medir la situación sexual y ella usará todos sus sentidos para evaluar si el acto sexual es aconsejable en ese momento particular.
Esta característica podría estar genéticamente marcada de miles de años atrás, cuando en la prehistoria existían peligros alrededor, aunque hoy en día existen “peligros” menores, como que su pareja esté disponible o si los hijos pueden llegar a despertarse, etc.
Aparte del ciclo menstrual, muchas mujeres pueden experimentar un bajón en el deseo sexual o en la satisfacción en algún punto de su vida. Hay muchos los factores que pueden provocar esto, como por ejemplo el estrés o depresión, nacimiento de un hijo, la menopausia, o algun problema hormonal.
Erróneamente, muchas mujeres ignoran este decrecimiento en su deseo sexual o en la satisfacción, pensando que simplemente es algo que pasa, y no que es algo que puede ser corregido.
Aún en este mundo moderno en que vivimos, el estilo de vida de la mujer sigue siendo duro y complicado debido a las responsabilidades constantes, las demandas del trabajo y del hogar, la dificultad de mantener una dieta sana en el día ocupado e incluso la falta de ejercicio.
Todo esto tiene efectos adversos sobre la sexualidad femenina y una buena vida sexual puede llegar a estar al final de tu lista de prioridades.
En esos momentos lo mejor es buscar la forma de mejorar la libido o el deseo sexual con productos que ayudan en este sentido, generalmente hechos de aceites. Y definitivamente no está mal probar alguno cuando se experimenta una baja de la libido.